sábado, 18 de enero de 2020

COMUNICADO DE DON CARLOS JAVIER DE BORBÓN PARMA CON MOTIVO DE LA FORMACIÓN DEL NUEVO GOBIERNO

 
  Queridos Carlistas,
Ante el nuevo Gobierno de coalición recientemente formado en nuestro país, quiero dirigirme de nuevo a vosotros y a todos los españoles, para compartiros mis reflexiones en torno a la situación política que se ha vivido y que se está viviendo en estos momentos, sin olvidar que en un mundo globalizado como en el que vivimos, no se puede hacer política única y exclusivamente centrados en los asuntos internos. 
La sociedad española abarca mucho más de lo estrictamente peninsular, sino que se extiende a Europa y a los países hermanos iberoamericanos. Una vez que ya tenemos gobierno, se debe retomar el mandato europeísta.  Junto con Portugal como ya decían mis mayores y tomando como referencia a expertos analistas, se percibe cada vez más como posible, formar una gran alianza en una apuesta común, Europa, en favor de la plena continuidad y desarrollo de la Unión y en estos momentos de dudas y disidencias de varios países, convertirnos en un tercer pilar que con Alemania y Francia, podamos avanzar en la tarea y hacer frente, reafirmando el desarrollo global, a fenómenos como el Brexit, la inconsistencia actual de Italia y al cada vez más presente distanciamiento de los países de la llamada “Europa Oriental” respecto del concepto y espíritu de la Unión Europea.
Por ello, los actores políticos tienen la obligación de ejercer una verdadera amplitud de miras. 
Tal y como dejé públicamente dicho en mi comunicado del año 2016 sobre las elecciones generales, “el Estado no es un fin en sí mismo, ni una empresa mercantil donde lo único importante es el balance económico. El Estado solo se justifica si sirve al bien común mediante un correcto ejercicio de la justicia distributiva. Sus poderes deben estar limitados no solo por un adecuado marco jurídico, sino también por los distintos cuerpos sociales que articulan la sociedad civil. El Carlismo ha planteado siempre esta necesidad de potenciar la sociedad, porque de ella sale el impulso colectivo como punto de partida de cualquier solución política”.  Traigo a colación estas palabras porque en las sesiones de investidura celebradas durante la primera semana de enero, se han escuchado voces en las Cortes Generales que poco, por no decir nada, se ajustan a una vocación de servicio a la sociedad, de servicio al bien común. 
El discurso planteado por los diversos actores políticos con representación parlamentaria, abandona el diálogo para crear un relato populista e identitario que arrincona los retos a los que España debe hacer frente en el corto y medio plazo.
Nuestro país afronta este nuevo año con un gobierno de coalición, primero de su historia democrática, por lo tanto frágil en cuanto a su novedad dentro del llamado “régimen del 78”, pero que pone fin a la incertidumbre que se vivía de no contar con un gobierno al frente de nuestro país, situación que ha provocado una desaceleración económica y una polarización extrema de la opinión pública. 
Ante un escenario internacional inestable como el presente, en el que de nuevo se atisban conflictos en Oriente Próximo, los representantes elegidos democráticamente tienen la obligación de trabajar por el bien común haciendo uso del diálogo, con el objetivo de volver a ilusionar al pueblo español en una tarea colectiva, es decir, deben escuchar a la sociedad y no convertirse en un dique de contención de intereses partidistas.
Este nuevo Gobierno de España ha prometido diálogo con la Generalitat de Catalunya. Para nosotros, los carlistas, este diálogo con todos los pueblos de las Españas es indispensable, eso sí, sin exclusiones ni sectarismos de ninguna naturaleza. Las Españas, desde su pluralidad, deben dialogar y desde el respeto mutuo, pactar. La vida de los pueblos se cimienta en el pacto y, frente al anhelo legítimo de los mismos no podemos caer en la politización de la justicia ni en la judicialización de la política. 
Finalmente, es positivo y por ello lo remarco, la apuesta decisiva que se hace en este nuevo gobierno por hacer frente a dos problemáticas que nos afectan de lleno como sociedad europea que somos, uno de ellos el reto ecológico y no muy separado de este, el reto demográfico que presentan muchos territorios de nuestras Españas. 
Tengo la certeza de que todos los españoles sabremos reconstruir las bases de una convivencia respetuosa y serena, marginando toda actitud populista que intente impedir que nuestro país afronte la ilusionante tarea, que en estos momentos puede parecer vertiginosa, de construir unas Españas plurales, sociales y al mismo tiempo enfocadas al papel global que la historia y la realidad presente obliga.
Tened plena confianza en que tanto mi familia como yo mismo, estamos y estaremos al servicio de los españoles, vocación de servicio que viene refrendada por la legitimidad histórica y democrática del Carlismo desde hace más de 185 años. 
En La Haya, a 12 de enero de 2020
Carlos Javier de Borbón Parma
 

viernes, 13 de abril de 2018

NOTA DE PRENSA DE LA SECRETARIA PARTICULAR EN ESPAÑA DE DON CARLOS JAVIER DE BORBÓN PARMA



    

         Este fin de semana ha tenido lugar en la ciudad de La Haya una reunión de trabajo de Don Carlos Javier de Borbón Parma, Jefe de la Dinastía Carlista, y su hermano Don Jaime, Canciller de la Real Orden de la Legitimidad Proscrita,  con miembros de las organizaciones que conforman el colectivo del Pueblo Carlista: el Partido Carlista, la Asociación 16 de Abril y la Real Orden de la Legitimidad Proscrita (R.O.L.P.).

            Se analizaron temas de interés general sobre la situación económica, social y política  de las Españas: el paro, en especial el juvenil, las pensiones, la cuestión demográfica y la inmigración, la organización territorial  basada en nuestro sistema federal, del Plan Estratégico 2020, de la necesidad de promocionar la Economía Circular y de la necesidad de una política ecológica a nivel mundial para preservar nuestro hábitat común y de la búsqueda  de un nuevo sistema bancario-financiero para remplazar el actual.

            Se discutió los acontecimientos que  están ocurriendo en Cataluña, y se reafirmo la propuesta federalista que desde nuestros orígenes en 1833 se ha mantenido como una reivindicación de los pueblos de las Españas.  Desde las mismas posiciones de siempre, entendemos imprescindible un dialogo permanente y entre iguales para encontrar la solución.

            El Carlismo no puede ni debe permanecer en silencio, sino que debe relacionarse  con una amplia pluralidad de agentes, sociales y políticos, con el objetivo de promover  sus propuestas societarias y federativas.

            La actualidad europea también fue abordada en diferentes aspectos como la falta de liderazgos adecuados  para impulsar una integración  interregional solidaria.

            Hoy más que nunca, surge la necesidad de inspirarnos en nuestro pasado histórico en común  para construir las soluciones del presente.

viernes, 6 de octubre de 2017

COMUNICADO DE DON CARLOS JAVIER DE BORBON PARMA



 
A mis queridos carlistas:

         Durante los últimos meses, y especialmente desde el  pasado mes de agosto en el cual el terrorismo golpeó criminalmente Barcelona, ciudad a la que tengo especial afecto y de la que no puedo hablar si no es con extremo cariño por ser la ciudad en la que falleció mi padre, Carlos Hugo, y en la que el año pasado os presenté a mi hijo, Carlos Enrique; he estado muy pendiente de los acontecimientos que se sucedían en las Españas sin querer manifestarme por tener la esperanza de que los políticos elegidos democráticamente por todos los ciudadanos cumplirían con sus obligaciones buscando el encuentro y no el enfrentamiento. 

         Lamentablemente no ha sido así, y ante los acontecimientos que se vienen desarrollando, consciente de las obligaciones que recaen sobre mi como representante del legado histórico de la Dinastía carlista, con la memoria de mis antecesores, con la lealtad sacrificada y persistente que hacia ellos mostraron miles y miles de españoles durante dos siglos, y en definitiva con el significado histórico del Carlismo, pero también como ciudadano español y europeo, me impelen a trasladar y compartir con vosotros las siguientes reflexiones con el fin de contribuir a esbozar un camino diferente al del enfrentamiento ya previsto.

         Recordemos nuestra propuesta tradicional, que es más necesaria que nunca. El federalismo, como expresión actualizada de la foralidad de los viejos reinos, es la solución que puede encauzar las aspiraciones de las distintas nacionalidades que conviven en las Españas.

         El momento concreto que vivimos es preocupante. La situación que se da en Cataluña está demostrando que las autoridades políticas, tanto del Gobierno español como las de la Generalitat, nos conducen a un escenario de confrontación y fractura. Y en ningún caso es admisible que aquellos que tienen la responsabilidad de gobernar pierdan el control sobre los acontecimientos.

         La crisis abierta actualmente ha tomado tal deriva que es preciso recordar que la prioridad fundamental que hay que defender, y defender desde ambos lados del conflicto, es la Concordia. Si esa concordia se rompe desaparecerá todo lo demás, desaparecerá la legalidad, desaparecerá  el sentido de comunidad y desaparecerá la posibilidad de solucionar cualquier tipo de problema, abriéndose paso en nuestras queridas Españas toda clase de sentimientos negativos de los que serán esclavas las generaciones futuras. Estoy convencido de que la inmensa mayoría de los ciudadanos, quieren un diálogo sereno que desemboque en un pacto. Y este acuerdo aun es posible dentro del marco de una Constitución actualizada y del respeto a las aspiraciones del pueblo catalán. Este diálogo, desde la voluntad de lograr la concordia, debe tener lugar ahora, antes de que sea demasiado tarde. Estoy seguro que así, y solo así, se alcanzará la paz inmediata, futura y duradera. 

         Por todo lo expuesto, pido a mis leales carlistas que, cualquiera que sean sus sentimientos y sensibilidades, se abstengan de participar en actos de enfrentamiento que puedan producirse, y que ante cualquier conato de violencia ofrezcan, en la medida de sus posibilidades, su mediación. No seamos nosotros los que polaricemos la situación. Debemos de  ser la voz de la calma y de la razón. Comprendo las profundas emociones que la situación de hoy puede desencadenar, pero debemos mirar a nuestra Historia y sacar las lecciones que ella nos ofrece. La violencia no lleva a soluciones duraderas.
         Pido a todos los españoles que miren a su alrededor y comprendan que no existe ningún "ellos" porque todos somos un "nosotros".

         Pido a los representantes políticos que tengan la valentía y la grandeza de reconducir la peligrosa situación a la que han llevado a Cataluña  y al resto de las Españas, por las vías de la concordia y de la negociación.

         Mi profunda solidaridad con quienes están sufriendo las consecuencias del enfrentamiento creado por este clima de tensión.
        

Dado a 5 de Octubre de 2017